Hola, mi nombre es Andrea Sierra y soy mamá primeriza….

Te preguntarás sobre qué estás a punto de leer. La verdad es que hasta que me convertí en mamá, me puse a pensar en cómo proteger la privacidad de un bebé en Internet y  en los riesgos que corren los infantes al estar expuestos en redes sociales, pero, espera, mejor te contaré la historia desde el inicio.

Trabajar en ciberseguridad implica muchos cambios en la vida de una persona normal, recuerdo que hace unos ocho años, cuando comencé a laborar en Scitum, no me preocupaba por lo que publicaba en redes sociales o por utilizar contraseñas seguras en mis aplicaciones, pero trabajar en ciberseguridad me cambió la vida y me di cuenta de lo importante que es aplicar la seguridad en el día a día.

Empecé a preocuparme de lo que comparto en Internet; a usar contraseñas robustas y mecanismos de autenticación multifactorial (tanto para aplicaciones como en servicios de banca electrónica); a revisar si los sitios a los que accedo son seguros; a cuidar que las fotos que tomo y  comparto no divulguen información o datos sensibles, e incluso me preocupé por cuidar el uso de las redes inalámbricas públicas a las que me conecto.

Todo lo anterior, si es mal gestionado, puede permitir a un usuario malintencionado conocer hábitos, ubicaciones frecuentes u obtener información sensible como datos personales, familiares o financieros.

Cuando comparto medidas de seguridad con mi familia, a veces piensan que exagero, pero veamos algunas estadísticas: de acuerdo con un estudio realizado por el INEGI en 2022, 79.5% de los mexicanos usa Internet, y este porcentaje considera a niños de 12 años en adelante que usan un celular, PC o tablet.

En dicho estudio se reporta que 74.1% mencionó haber adoptado alguna medida de seguridad en los dispositivos desde los que acceden a Internet. La medida más común (95.6%) es el uso o creación de una contraseña, pero no se especifica que la contraseña generada sea segura. Otras medidas mencionadas fueron la instalación de actualizaciones en sistemas o aplicaciones (27.4%), bloqueo de ventanas emergentes (8%), cambio periódico de contraseña (7.8%), no abrir o guardar archivos de desconocidos (6.8%), no publicar en redes sociales información relacionada con el correo electrónico o número de teléfono (6.3%) y finalmente, no ingresar a sitios Web inseguros o desconocidos (6.2%).

Como puede verse, el reporte nos muestra que en México no existe una conciencia clara sobre los riesgos a los que se puede estar expuesto cuando nos conectamos a Internet.

¿Y qué pasa con el Internet de las cosas (IoT)?

Como parte de la innovación y la transformación digital cada vez hay más tipos de dispositivos que se conectan a Internet, como cámaras, televisores inteligentes o sensores, y lo grave es que los fabricantes no están diseñando estos dispositivos para resistir las amenazas de ciberseguridad.

¿Alguna vez te has puesto a pensar quién puede acceder o manipular desde Internet los dispositivos o aparatos que tienes en casa? A lo largo de los años, he escuchado en diferentes medios de comunicación noticas relacionadas con vulneración de dispositivos IoT: en 2015, en la conferencia de seguridad DEFCON, se tuvo la primera edición de IoT Village, en la que se organiza un concurso para tratar de descubrir nuevas vulnerabilidades en dispositivos. En esa ocasión se descubrieron 66 de «día cero», en 28 tipos de dispositivos de 18 fabricantes.

Por su parte, un informe de amenazas de Unit 42, de 2020, menciona que 57% de los dispositivos IoT son vulnerables a ataques de criticidad media o alta, lo que significa que este tipo de dispositivo es muy atractivo para los atacantes.

¿Pero qué tiene que ver todo esto con mi preocupación con respecto a la privacidad y seguridad de mi bebé en Internet?

Cuando mi esposo y yo decidimos formar una familia, además de pensar en los obsequios que pondríamos en la mesa de regalos para nuestro bebé, empezamos a platicar sobre cuáles dispositivos íbamos a escoger para monitorear su habitación y su sueño, si utilizaríamos una cámara, un monitor tradicional o los famosos sensores que miden temperatura y ritmo cardiaco, que te avisan cuando el bebé duerme y cuando despierta, y que incluso activan una alarma cuando el bebé deja de respirar. Así pues, cuando comenzamos a buscar opciones, nos dimos cuenta de que sin ser claramente conscientes, estábamos por conectar más dispositivos a Internet.

Fue entonces cuando revisé en la Web qué estaba pasando con estos dispositivos y su seguridad. Encontré noticias sorprendentes, relacionadas con ataques que permitieron que un usuario malicioso pudiera escuchar y ver transmisiones de audio y video, en vivo, de cámaras inteligentes y monitores para bebé, así como acceder al repertorio de las grabaciones almacenadas en la nube. Lo más alarmante es que se habla de que estos usuarios maliciosos han interactuado con los bebés, hablándoles por las noches.

Las malas notician no paran aquí, lo más sorprendente fue cuando leí sobre pornografía: venta de fotos y videos de bebés y niños desnudos. Esto sí me paralizó, pues pensé en la privacidad de mi bebé, que no solo se vería comprometida de esta manera, sino también cuando compartimos fotos de ellos en redes sociales.

Con toda esta información en mi cabeza, estuve a punto de decidir regresar a la era de las cavernas y no hacer uso de ningún dispositivo tecnológico, ni para la habitación de mi hija ni para tomarle fotos, pero mi esposo me tranquilizó y me preguntó: ¿por qué no investigamos cómo podemos proteger la privacidad de la bebé con la implementación de medidas de seguridad y no caemos en la paranoia?

Investigando sobre la costumbre de compartir fotos de nuestros bebés en redes sociales, encontré el término “sharenting ” que es una palabra compuesta de origen inglés, la cual procede de share (compartir) más parenting (paternidad). Esta palabra se comenzó a utilizar para describir el fenómeno de compartir de forma excesiva, en redes sociales, el día a día de los más pequeños. Si bien hoy en día es una práctica que se ha convertido en algo bastante normal, no es algo que siempre sea beneficioso.

¿Pero, por qué puedo poner en riesgo la seguridad y privacidad de mi bebé al compartir fotos en mis redes sociales? Te platico:

  • Un pederasta o un pedófilo podría acceder a las fotografías, grabaciones o videos, descargarlos y utilizarlos para cualquier fin ilícito.
  • Acoso o secuestro. Cuando se trata de menores o incluso bebés, ponemos en riesgo su seguridad al compartir información en Internet. Recuerda que las fotos pueden incluir detalles sobre la ubicación, la escuela o las actividades que realizas, y esto puede permitir que un usuario malintencionado realice acciones como la extracción o robo del menor.
  • Violación a la privacidad. Compartir información y fotos de nuestros hijos puede violar su privacidad, ya que no les estamos preguntando si están de acuerdo y no sabemos qué daño les puede causar en un futuro ver su vida publicada en las redes sociales.
  • Falsificación de identidad o usurpación de la identidad. Muchas veces hay padres que, por la emoción, comparten toda la vida de un menor, pero, con el paso del tiempo, cualquier persona podría suplantar su identidad, creando perfiles falsos y se elevaría el riesgo de cometer estafas, fraudes o numerosos ciberdelitos.

Entonces, por lo que acabas de leer, cuando está en juego la privacidad y la seguridad de los más pequeños de la familia. Aunque trabajar en ciberseguridad me vuelve un poco paranoica, el mensaje que quiero transmitirles no es tener miedo, sino empezar a ser mucho más conscientes, proteger la huella digital de nuestros hijos en Internet, y utilizar la tecnología a nuestro favor si empleamos prácticas de seguridad adecuadas.  

Entonces, ¿qué podemos hacer para proteger la privacidad de nuestros hijos? Cuando utilices dispositivos digitales para su monitoreo y seguridad, no olvides revisar los siguientes puntos.

  1. Utiliza contraseñas difíciles de adivinar, tanto en el monitor de bebé como en cámaras de videovigilancia.
  2. No guardes inicios de sesiones que vengan preinstalados con el monitor o cámaras de videovigilancia.
  3. Instala la última actualización disponible del software (o firmware).
  4. Asegura el módem de Internet de casa (no utilices contraseñas predeterminadas e instala actualizaciones).
  5. Desactiva el acceso remoto en el monitor o cámara para bebés, cuando no lo necesites.
  6. Identifica y realiza un inventario de los dispositivos IoT que hay en casa, para llevar un mejor control.
  7. Crea una nueva red para segregar y aislar los dispositivos IoT de casa, de modo que invitados o alguien externo que se conecte a tu red principal no pueda acceder a ellos.
  8. Revisa que cuando adquieras un producto digital, sea posible utilizar contraseñas robustas o que permita la autenticación multifactorial.
  9. Supervisa con regularidad la actividad o comportamiento de los dispositivos IoT que tienes en casa.
  10. Si te preocupa mucho la seguridad y quieres reducir al máximo la exposición de tu bebé en Internet, considera la posibilidad de utilizar un dispositivo que no esté conectado a Internet, como un modelo digital o analógico.

En cuanto a la protección de la privacidad de tu bebe en redes sociales, ten en cuenta las siguientes recomendaciones:

  1. Para mí, el primero y más importante, es informarte bien acerca de las condiciones y políticas de privacidad que ofrecen las plataformas de redes sociales, para asegúrate de que se está protegiendo la privacidad de tus hijos.
  2. Configura tu cuenta o el perfil de tus diferentes redes sociales para limitar el contenido específico que pueden ver tus contactos (familiares, amigos, conocidos, compañeros de trabajo, etc.)
  3. Antes de compartir información, imágenes o videos, revisa que el contenido no incluya información de identificación personal como nombres reales, edad, dirección, lugares frecuentes o ubicaciones específicas. Adicionalmente, no olvides desactivar las funciones de ubicación y geolocalización a la hora de compartir fotografías y no des demasiada información en las descripciones sobre la vida privada de tus hijos, ya que no sabemos quién pueda ver o usar esa información.
  4. No compartas fotografías en las que los niños salgan sin ropa, aunque nos puedan parecer inofensivas y familiares por estar en la piscina o en la playa, nunca podemos saber dónde puede acabar ese contenido.
  5. Cuando compartas fotografías familiares en las que aparezca un menor, para proteger su identidad y mantener su privacidad, trata de que no se les vea la cara o procurar que salgan de espaldas.

Conclusiones

Como espero que haya quedado claro, de este artículo se pueden derivar muchos temas interesantes y relevantes. En esta ocasión les compartí mi experiencia como mamá primeriza y mis preocupaciones en cuanto a la privacidad y seguridad de mi bebé. Pero,  ¿qué pasa con los más grandes o adolescentes con respecto a su huella digital en Internet, los riesgos y los derechos que tienen ellos y nosotros como padres, con respecto al sharenting? Este es un tema que abordaré en mi siguiente publicación.  

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Referencias:

2020 Unit 42 IoT Threat Report 2020 Unit 42 IoT Threat Report (paloaltonetworks.com)

2023-IoT-Security-Landscape-Report.pdf (bitdefender.com)

https://www.inegi.org.mx/contenidos/programas/mociba/2022/doc/mociba2022_resultados.pdf

https://www.businessinsider.com/iot-village-defcon-2016-8?r=MX&IR=T

https://www.itpro.com/network-internet/internet-of-things-iot/360612/83-million-iot-devices-at-risk-of-hacking

https://portswigger.net/daily-swig/iot