Actualmente, vivimos en un mundo en donde la tecnología ha transformado la vida de las personas; la encontramos en nuestra vida cotidiana al desarrollar diversas actividades, desde las personales hasta las laborales y recreativas. De manera particular, los adolescentes están inmersos en las plataformas digitales y las redes sociales, entre otros, por lo que surgen nuevas preocupaciones sobre su seguridad y bienestar emocional. El ciberacoso y la violación a la privacidad son dos de los principales riesgos a los que están expuestos, lo que afecta a millones de jóvenes en el mundo. Por ello, es vital entender cómo protegerlos y qué medidas se pueden adoptar para prevenir estos problemas.

 

El ciberacoso: una amenaza global

El ciberacoso, también conocido como ciberbullyng, se define como el uso de la tecnología para acosar, intimidar o dañar a otros. Se presenta muy a menudo en forma de comentarios maliciosos, imágenes compartidas sin el consentimiento o incluso con amenazas directas a través de plataformas como Instagram, Facebook y TikTok, entre otras. En muchos casos, las agresiones trascienden el ámbito virtual y afectan la salud mental y emocional de los jóvenes.

El informe realizado por la UNICEF (2023) revela que uno de cada tres adolescentes ha sido víctima de ciberacoso; esta situación no solo tiene consecuencias emocionales, como ansiedad y depresión, sino que también puede afectar el rendimiento académico y vida social de los jóvenes.

 

La privacidad en el mundo digital

Muchos adolescentes no entienden los riesgos de exponer su información personal en redes sociales. Karsperky, en su informe de 2024 alerta sobre la falta de conciencia acerca de cómo las fotos y datos pueden ser accesibles de forma permanente. Es esencial educar a los jóvenes y hacer conciencia sobre la importancia de configurar la privacidad de sus aplicaciones, ya que es clave para protegerse de riesgos potenciales.

 

La realidad en México: datos preocupantes

Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), 70% de los jóvenes entre 12 y 17 años tiene acceso a Internet, y 55% ha experimentado algún tipo de acoso en línea.  La falta de educación en privacidad digital es un factor clave en el riesgo de los adolescentes. El ciberacoso en México también tiene un componente relacionado con la desigualdad social y económica, las agresiones en línea no son solo verbales, sino que también pueden incluir violencia de género, discriminación y racismo.

 

¿Cómo proteger a los adolescentes en el mundo digital?

  • Educación digital: la educación sobre los riesgos en Internet debe ser una prioridad en los hogares y colegios; padres y maestros deben enseñar a los adolescentes a configurar sus redes sociales para mantener su privacidad y reconocer comportamientos de acoso.
  • Uso de herramientas de control parental: existen múltiples opciones que permiten a los padres supervisar y limitar el acceso a contenidos inapropiados, y también ayudan a gestionar el tiempo en pantalla, así como las interacciones en línea.
  • Fomentar la comunicación abierta: se debe mantener una comunicación abierta con los adolescentes sobre sus actividades en línea, para fomentar un ambiente cómodo y así lograr prevenir y/o detectar el ciberacoso.
  • Denunciar el ciberacoso: en México, la Fiscalía General de la República (FGR) tiene unidades especializadas en delitos informáticos, y las redes sociales ofrecen mecanismos para reportar comportamientos abusivos.
  • Refuerzo de la legislación: aunque México tiene leyes en materia de ciberacoso, como la Ley General de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes, aún falta fortalecer su implementación. Aumentar la sensibilización sobre las leyes y sus mecanismos de protección es clave para garantizar la seguridad en línea de los jóvenes.

 

El ciberacoso y la violación de la privacidad son problemas globales que afectan especialmente a los adolescentes. En México, la situación es aún más crítica, dada la alta prevalencia del acoso en línea y la falta de educación sobre la privacidad. Es fundamental que padres, maestros y autoridades colaboren de manera conjunta para crear un entorno digital más seguro. Solo a través de la educación, herramientas adecuadas y una legislación robusta se podrá proteger a los adolescentes y garantizar su bienestar en el mundo digital.

 

Referencias: