Los más recientes eventos de Tecnología han dado especial énfasis a tópicos relacionados con el cómputo en la nube, y es que en un entorno donde los recursos tecnológicos son cada vez más sofisticados y los presupuestos más escasos, se presenta una necesidad de explotar al máximo el ingenio a fin de buscar las mejores alternativas para apoyarse en lo que se va haciendo disponible.
La mayor parte de los analistas coinciden en que la revolución que se está gestando será un tema recurrente por los próximos diez años. Ante este escenario, los gerentes y directores de tecnología tratan de determinar hasta qué nivel se puede adoptar un atractivo esquema que, en principio busca disminuir drásticamente los costos de propiedad de la tecnología.
Ahora todos los recursos de información los vamos a acceder y manipular a través de aplicaciones que se encuentran en algún lugar en la nube.
Pero, ¿qué seguridad se esperaría obtener de esos esquemas? para muchos, esto representa el principal paradigma (no sé si la palabra sea paradigma, creo que la idea no es clara) a superar, porque el control (o parte de él) se está delegando a alguien más. Pareciera que establecer niveles de servicio específicos no sería suficiente porque el nivel de madurez de las soluciones hoy disponibles se enfocan a la disponibilidad de la información, cuando aún se divisan claroscuros en cuanto a la protección de los datos.
Por lo tanto, se presenta en principio la necesidad de crear nubes privadas donde entidades, como por ejemplo los bancos, puedan manejar sus recursos de información, y que posteriormente a través de acuerdos de niveles de operación interactúen con sus proveedores u otras entidades financieras para eventualmente crear los esquemas que faciliten la interacción a través de nubes públicas con otras organizaciones y con los usuarios finales.
Esta evolución es muy similar a lo que hoy tenemos con las redes privadas, las redes públicas y la Internet, con la diferencia de que ahora los recursos se suben a la nube y alguien más se encarga de los costos de mantenimiento y del crecimiento tecnológico.
Un panorama en principio muy atractivo para los proveedores de servicio, pero con muchas aristas como la virtualización, la proliferación de las redes sociales, las nuevas posibilidades de comunicación unificada, las redes inalámbricas metropolitanas y otras tantas que incrementan los niveles de complejidad, para no dejar nada fuera de los acuerdos contractuales.
A fin de comprender cuáles son los elementos que participan como ejes del cómputo en la nube, podemos mencionar que hoy las soluciones de la industria cuentan con:
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Estándares abiertos y plataformas de programación, cuyo objetivo es el de crear aplicaciones mucho más apegadas a las necesidades del usuario y mejor compenetradas con el negocio.
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Portabilidad, que permite que las aplicaciones desarrolladas puedan funcionar con independencia de la plataforma de hardware y software que se pretenda utilizar.
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Evolución de nombres y registros, que conforman entornos de operación mucho más manejables para el usuario final. El inminente advenimiento de IPv6 amplía las posibilidades de direccionamiento de los recursos de información.
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Transparencia, que con apoyo de tecnologías web le permiten a las organizaciones simplificar al usuario la interacción con las aplicaciones y permitirle enfocarse a las funciones específicas de su puesto, potenciando de esta forma la productividad y la eficacia en sus actividades cotidianas.
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Soluciones de manejo de Identidades y autenticación, para facilitar y asignar adecuadamente el uso de los recursos al usuario, proporcionándole el acceso exclusivo a los recursos que este requiera, manteniendo un estricto control de qué se accedió y quién lo hizo, cumpliendo con las regulaciones a las que se debe apegar la organización.
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Elementos y soluciones móviles que se acoplan a la dinámica de los negocios de hoy, el usuario tiene comunicación y posibilidades de acceso a los recursos de información que se le asignan independientemente de dónde se encuentre.
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Mejores metodologías de diseño de software, basado en prácticas que se comienzan a adoptar por parte de los creadores de aplicaciones para que éstas, desde su concepción se estructuren con un mínimo de defectos.
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La centralización y sustentabilidad de la información, un área en la que los proveedores de Servicios de cómputo en la nube realizan su planeación e inversiones, buscando diferenciarse entre sus competidores. Estructurando planes muy detallados de continuidad de negocio y recuperación de desastres.
Así, el cómputo en la nube comienza a perfilarse como el recurso tecnológico sobre el que las organizaciones estarán apoyándose los próximos años, y la seguridad se mantiene como uno de los ejes principales para el éxito de este nuevo esquema de operación.
Al fin y al cabo, si dudamos de la seguridad de la nube, tendríamos que preguntarnos también ¿podemos permitirnos el no confiar en ella?
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